Los trabajadores del EPAS desmintieron a la gerencia del organismo que ayer advirtió de un posible sabotaje por el desperfecto de un acueducto. Dijeron que las roturas se producen por la "desinversión" y las obras "mal hechas".
Ayer el titular del ente, Mauro Millán, dijo que tenían "motivos" para pensar que se trataba de un hecho intencional. "Se trata de una rotura que había sido reparada el sábado y está muy cerca de la base, a la que no podemos acceder porque está tomada por un grupo de empleados", indicó (ver nota).
Por su parte Pablo Azúa, desde el sector que agremia a los operarios, señaló que los inconvenientes que tiene el servicio se dan por la falta de inversión y obras que no se habrían optimizado. "El ejemplo de esto es el acueducto Mari Menuco que a poco menos de dos años de estar en funcionamiento ya tiene problemas", dijo.
La rotura de ayer se registró a las 19 en El Jarillal y Dihue, en jurisdicción del barrio Melipal, a escasos metros de las instalaciones tomadas por los trabajadores nucleados en ATE.
Millán informó que ante la rotura se regularon las válvulas para no tener que interrumpir el suministro y que, con una orden judicial, intentarán ingresar a la base con la maquinaria y los repuestos necesarios hacer la reparación. Sin embargo esta mañana el inconveniente continuaba sin ser solucionado.
Los trabajadores realizaban asambleas para definir nuevas medidas de fuerza. Anticiparon que continuarán con el estado de asamblea permanente para exigir la incorporación de personas, mejores condiciones laborales y el cese de la contratación a terceros.
Fuente: rionegro.com.ar