El Sindicato de Prensa de Neuquén repudia la violencia ejercida por la policía neuquina este miércoles en las inmediaciones de la Legislatura Neuquina, y exigimos una explicación por el ataque que recibió uno de nuestros afiliados, quien fue golpeado de un "culatazo" en la cabeza mientras desarrollaba su tarea como reportero gráfico para la agencia Neuquén del diario Río Negro.
A cinco metros de la entrada principal de la Legislatura neuquina, Luis Alfredo García recibió un golpe en la cabeza con la culata de un arma policial por el cual perdió el conocimiento, sin recibir ningún tipo de asistencia. Fue auxiliado por los manifestanes -testigos del ataque- quienes lo socorrieron y lo trasladaron al hospital Castro Rendón. Allí se constató que además tenía perdigonazos en la cabeza y la entrepierna.
Exigimos al ministro de Coordinación de Gabinete, Seguridad y Trabajo, Gabriel Gastaminza, que brinde explicaciones sobre el ensañamiento ejercido contra el compañero, en un acto brutal de ataque a la libertad de prensa. Reclamamos el fin de la represión en forma indiscriminada, y el ensañamiento hacia quienes ejercen la tarea de informar libremente.
Demandamos que se informe quiénes fueron los responsables directos del ataque.
La agresión al reportero gráfico del diario Río Negro no fue aislada. Queremos repudiar las afrentas que debieron sufrir numerosos trabajadores de prensa durante la jornada, con balas de goma, gases lacrimógenos y detenciones como el caso de Paulo Tejeda, colaborador periodístico de la Cooperativa de trabajadores para la Comunicación 8.300 web.
Agradecemos la solidaridad de quienes auxiliaron a los compañeros que eran agredidos durante su labor, desde los testigos del hecho que sostuvieron a García en estado de inconciencia, hasta los diputados que exigieron la libertad de los detenidos, como así también a los abogados que interpusieron habeas corpus para conocer el destino de los detenidos.
El Sindicato de Prensa de Neuquén demanda una profunda reflexión ante estos aberrantes hechos de violencia. Porque el ataque a los trabajadores de prensa es una afrenta a la libertad de informar libremente y un cercenamiento al derecho que tiene la población de estar informada.