Centenario
Un joven quedó internado en grave estado con un fuerte traumatismo en el cerebro, luego de recibir una feroz golpiza por parte de otro muchacho que lo increpó junto con una patota a la salida de un boliche en esta ciudad.
El caso sucedió el domingo por la madrugada y trascendió en estos días por la fuerte repercusión que tuvo en las redes sociales. Por el episodio, la Justicia imputó a Gabriel Sotelo de 19 años, sindicado como el presunto autor del golpe brutal que dejó a la víctima inconsciente en el suelo.
Según explicaron ayer desde el entorno familiar, el joven se recupera favorablemente, pero aún corre peligro, debido al fuerte hematoma que tiene dentro del cráneo. La víctima tiene 27 años y sigue internado.
El fiscal Maximiliano Breide Obeid realizó la formulación de cargos contra Sotelo, quien quedó en libertad a la espera de cómo evolucionen la causa y el estado de salud de la víctima.
Un joven quedó internado en grave estado con un fuerte traumatismo en el cerebro, luego de recibir una feroz golpiza por parte de otro muchacho que lo increpó junto con una patota a la salida de un boliche en esta ciudad.
El caso sucedió el domingo por la madrugada y trascendió en estos días por la fuerte repercusión que tuvo en las redes sociales. Por el episodio, la Justicia imputó a Gabriel Sotelo de 19 años, sindicado como el presunto autor del golpe brutal que dejó a la víctima inconsciente en el suelo.
Según explicaron ayer desde el entorno familiar, el joven se recupera favorablemente, pero aún corre peligro, debido al fuerte hematoma que tiene dentro del cráneo. La víctima tiene 27 años y sigue internado.
El fiscal Maximiliano Breide Obeid realizó la formulación de cargos contra Sotelo, quien quedó en libertad a la espera de cómo evolucionen la causa y el estado de salud de la víctima.
Noche de boliche
El caso ocurrió de madrugada a la salida del boliche Varsovia, ubicado en la calle Jacinto Stabile, a pocos metros de la segunda rotonda de la localidad.
Al parecer, la agresión de la patota de jóvenes comenzó dentro del local bailable. Cuando comenzaron los golpes de puño, la seguridad del boliche los separó y, lejos de ponerlos a resguardo, los echó afuera del local. Allí continuó la pelea.
Aún no están claros los motivos de la violenta controversia: si fue por una enemistad de hace tiempo o por una cuestión “de polleras”. Lo cierto es que todo un grupo se prometió una riña a pocos metros del boliche, en la segunda rotonda.
Según las versiones relevadas, al muchacho “lo patearon salvajemente entre diez personas”.
Cuando llegó el móvil policial, tuvieron que socorrerlo y después se le tomó declaración a la mayoría de los participantes de la riña, incluso a uno de los custodios del boliche Varsovia.
No obstante, la Justicia señaló a Sotelo como el autor de las lesiones graves, que colocaron al muchacho al borde de la muerte.
El caso reaviva la polémica discusión de las peleas nocturnas en los boliches y el accionar de las patotas que, muchas veces, como es la moda de hoy, actúan en golpizas de “diez contra uno”.
“Ya no es más el mano a mano tal como eran las peleas de antes; ahora los pibes se pelean y los patean entre varios en el piso”, señaló una fuente policial, que acostumbra a registrar estos casos los fines de semana.
El caso recuerda al de Javier Galar que, en julio de 2006 y en pleno centro de Neuquén, fue atacado por una patota que lo golpeó brutalmente. Galar murió.
Las peleas en los boliches son frecuentes. Hoy se suma la “moda” de filmar las batallas callejeras y subirlas inmediatamente a las redes sociales.
El caso ocurrió de madrugada a la salida del boliche Varsovia, ubicado en la calle Jacinto Stabile, a pocos metros de la segunda rotonda de la localidad.
Al parecer, la agresión de la patota de jóvenes comenzó dentro del local bailable. Cuando comenzaron los golpes de puño, la seguridad del boliche los separó y, lejos de ponerlos a resguardo, los echó afuera del local. Allí continuó la pelea.
Aún no están claros los motivos de la violenta controversia: si fue por una enemistad de hace tiempo o por una cuestión “de polleras”. Lo cierto es que todo un grupo se prometió una riña a pocos metros del boliche, en la segunda rotonda.
Según las versiones relevadas, al muchacho “lo patearon salvajemente entre diez personas”.
Cuando llegó el móvil policial, tuvieron que socorrerlo y después se le tomó declaración a la mayoría de los participantes de la riña, incluso a uno de los custodios del boliche Varsovia.
No obstante, la Justicia señaló a Sotelo como el autor de las lesiones graves, que colocaron al muchacho al borde de la muerte.
El caso reaviva la polémica discusión de las peleas nocturnas en los boliches y el accionar de las patotas que, muchas veces, como es la moda de hoy, actúan en golpizas de “diez contra uno”.
“Ya no es más el mano a mano tal como eran las peleas de antes; ahora los pibes se pelean y los patean entre varios en el piso”, señaló una fuente policial, que acostumbra a registrar estos casos los fines de semana.
El caso recuerda al de Javier Galar que, en julio de 2006 y en pleno centro de Neuquén, fue atacado por una patota que lo golpeó brutalmente. Galar murió.
Las peleas en los boliches son frecuentes. Hoy se suma la “moda” de filmar las batallas callejeras y subirlas inmediatamente a las redes sociales.
Fuente: Diario LM Neuquén