Garzón: “Los jueces debemos ser activistas de los derechos humanos”

Baltazar Garzón en Neuquén. Foto 8300web (Emiliano Ortiz)
Baltazar Garzón en Neuquén. Foto 8300web (Emiliano Ortiz)
El ex juez español Baltazar Garzón brindó una charla en Neuquén y aseguró que los operadores de justicia deben ser los primeros en defender los derechos humanos. También afirmó que a nivel mundial se da un fenómeno de falta de credibilidad en la justicia
Garzón estuvo el martes en la ciudad donde participó de la jornada “Hacia una justicia por la construcción del Estado de Derecho, protección de los Derechos Humanos y Valores Democráticos”, en el auditorio del Museo Nacional de Bellas Artes. La actividad estuvo organizada por el Consejo de la Magistratura de Neuquén en conjunto con el Foro Federal de Consejos de la Magistratura y Jurados de Enjuiciamientos de la República Argentina, Colegio de Abogados y Procuradores de Neuquén y la Federación Argentina de Colegios de Abogados.
“La defensa de los derechos humanos es la defensa de los propios derechos, de la vida, de la libertad. Soy de los que piensan que los jueces, los fiscales, y todos los que forman parte de la administración de justicia debemos ser activistas de los derechos humanos“, afirmó en la apertura de su conferencia. Remarcó que las y los jueces deben ser los primeros en defender los derechos de los ciudadanos.
Garzón fue juez en importantes casos de terrorismo de Estado, narcotráfico y de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el franquismo. Según se explica en su biografía en 2008 “el sindicato ultraderechista Manos Limpias, presentó una querella contra Garzón por prevaricación (dictar a sabiendas una resolución contraria a derecho), denunciando que se había extralimitado en sus competencias en la investigación del franquismo“.
En tanto, sobre el rol de la justicia sostuvo que en la mayoría de los países el nivel de credibilidad es bajo. “No hago distinciones, en Brasil, Ecuador, España vemos que los problemas se reproducen: falta de medios, de agilidad, de eficiencia, dificultades a la hora de mantener la independencia, presiones externas, internas, jerárquicas. Tardanza, desconfianza, falta de credibilidad en una justicia que muchas veces es compatible con la confianza a los jueces“, indicó.