Lo dijo en diálogo con Radio Sayhueque, Rubén Capitanio párroco del Santuario Virgen de Luján, lugar que recibirá el próximo domingo la 33º Peregrinación desde Neuquén a Centenario. Como todos los años, la organizará el obispado de Neuquén junto a las comunidades.
El cura invitó a los vecinos a participar y destacó que cada vez “hay más participación en número, pero hay más participación en ánimo”
“Indudablemente los jóvenes se merecen una respuesta de las instituciones que no siempre damos y la iglesia de manera especial no estábamos dando esa respuesta y hasta por ahí dando malos ejemplos”, dijo y recordó que “hace varios años se trabaja en los barrios más populares para que toda la gente se sienta invitada y toda la gente tenga posibilidades de llegar y volver”.
Argumentó que asistir a la procesión tiene un significado, que “se trata de venir, sentirse bien y tratar de llevar ese bien como herramienta transformadora de la realidad; vuelvo esperando que mi familia sea linda y cuando vuelva esté dispuesto a perdonar y sea más justo, más solidario, que digan `se nota que fue a la peregrinación´ porque la idea es que sea de ida y vuelta”.
Significó que “la fe es para la vida, para ayudar a vivir, es un vehículo para el viaje; esa fe no solamente es para en esa Virgen madre que nos ayuda y nos cuida, sino también que es amor y es amor a uno mismo, para bien mío y de los demás y que nos sirve confiar en los demás”.
También sostuvo que “a los demás los necesito, por eso es fe en el pueblo, como comunidad humana y cuando desarrollo bien para los demas, me esta haciendo el bien a mí mismo”.