Un barrio que desapareció por un “río violento”

Nueva España fue el más afectado por la lluvia. Sin servicios, anoche las máquinas intentaban reconstruir caminos. Los vecinos eran un único llanto por las pérdidas.

Centenario/Neuquén > A Miguel Zolorza, el agua lo arrastró más de 20 metros, cuando intentó ayudar a un vecino a evitar -a fuerza de paladas en la madrugada- que la lluvia destroce lo poco que tiene en su casa, en el barrio Nueva España de Centenario.
“Tuve miedo muchas veces en mi vida, pero esa noche tuve pánico e impotencia porque no sabíamos qué hacer. Es algo que sobrepasa. Nos llevó todo, el agua, la luz y el gas. Tuve que largarme a llorar en un rincón hasta que se pase todo”, dijo.
La asistencia llegó anoche al barrio más destruido de la localidad por el temporal de lluvia. El Municipio, grupos de voluntarios, religiosos, organizaciones sociales, políticas y los obreros de Fasinpat desfilaban en un sendero con garrafas en mano.
Anoche, una empresa contratada por la comuna empezaba a reconstruir la “bajada” de acceso al barrio. Se esperaba que en 48 horas puedan reparar los accesos por las bardas y chacras al barrio.
Nueva España es una de las zonas rurales más viejas y pobres de la ciudad. Se ubica a 7 kilómetros en el límite imaginario con Neuquén. Lo de imaginario es un fenómeno a medias, ya que desde hace años existe una pelea por la asistencia jurisdiccional en una lonja del barrio.
El acceso al barrio sólo era a pie, desde el Parque Industrial Neuquén (PIN) Este. La gente bajaba con colchones, frazadas y alimentos, ya que la lluvia se llevó dos casas y socavó las bases de al menos otras 7 casas.
“La lluvia generó mucho desastre, se llevó televisores y hasta heladeras. Entre 20 y 25 familias fueron afectadas, trajeron ayuda pero les dieron a la gente que no necesitaba”, indicó Norma Arévalo, una de las vecinas que tiene que reconstruir las bases de su vivienda.
Eran las 23 del domingo y un “río violento” comenzó a bajar desde arriba de la ruta por una cañadón que se formó en la calle Los Olmos. Vecinos quedaron incomunicados, sin agua, electricidad, gas, ni señal de celular, en algunos casos.
“Cuando sentimos el derrumbe se cayó la mesa y la heladera… nos salvamos por 15 minutos, estábamos parados frente a la ventana y vimos cómo se derrumbó todo. Fue un shock muy fuerte el ver que mi casa se estaba partiendo a pedazos”, contó Verónica Troncoso, quien sostiene su vivienda con postes en sus bases.
El río que bajó desde la barda fue tan fuerte que arrastró pedazos de ladrillos, piedras, tambores y trozos de metal. “Fue un ruido como un catarata. Los únicos que en ese momento nos dieron una mano la Policía, con las palas, los demás estuvieron ajenos”, recordó Zolorza.

Zapala, sin problemas

Las instituciones municipales y provinciales funcionaron con normalidad, salvo las escuelas, ya que todo parecía indicar que iniciaban hoy. El abastecimiento de combustible fue normal durante todos estos días.
La que no funcionó normalmente fue la Terminal de Ómnibus, debido a un corte en la Ruta Nacional 22, situación que además perjudicó la circulación de autos. Por esta razón, personal de Tránsito impidió hasta cerca del mediodía de ayer la salida de todo tipo de vehículos para evitar congestiones en Cutral Co.