En muchos países del mundo ya los prohibieron.
Esta semana entró en vigencia la prohibición de los sorbetes plásticos en Capital Federal, como parte de una oleada en todo el país. En el último año, cerca de 20 municipios tomaron la misma medida, en sintonía con lo que ocurrió tiempo atrás con las bolsas de supermercados. Sin embargo, esta vez, Neuquén quedó a contramano de las políticas de protección del ambiente. Acá hubo un proyecto para eliminar las bombillas descartables que se rechazó de plano en el Concejo.
Tal como pasó antes con las bolsas de nylon, cada vez más municipios hoy van por la erradicación de los sorbetes plásticos. El argumento central es que son el cuarto residuo plástico más frecuente en costas y océanos y se lo puede reemplazar por bombillas de polipapel, cartón, arroz, caña u otros materiales degradables.
Además de Capital Federal, en los últimos meses se prohibieron los sorbetes en Pinamar, Villa Gesell, Mar del Plata, Mar Chiquita, Mendoza, Ushuaia, La Rioja, Lanús y Río Tercero, entre otras. En Neuquén, en cambio, los ediles rechazaron una iniciativa para eliminar las bombillas y utensilios plásticos sin siquiera considerarla.
El autor del proyecto, Francisco Baggio (UNE), contó que hizo un primer intento en 2018 "y, como no se aprobaba, algunos concejales aconsejaron bajar la prohibición y reemplazarla por una campaña de concientización de un año, que esa es la ordenanza que salió".
Agregó que "la idea era primero la campaña y después sacar otra ordenanza de prohibición, pero este año insistí y me dejaron solo, dijeron que tampoco era el momento".
No obstante, estimó que tarde o temprano Neuquén se sumará a la ola antisorbetes. "O nos aggiornamos o nos quedamos en el tiempo, así que creo que lo tomará la próxima composición del Concejo", remarcó.