Capitanio recordó al muerte del padre Mujica

El párroco de Centenario Rubén Capitanio recordó que hoy se cumplen 41 años del asesinato del Padre Carlos Mujica, un sacerdote y profesor argentino vinculado al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y a las luchas populares de la Argentina de las décadas de 1960 y 1970.
Capitanio dijo que algunos cargos en esas décadas "eran los intocables; el maestro, los jueces eran intocables, cuando asesinan a un cura como uno más, despertó un gran interés y produjo una gran conmoción".
Capitanio opinó que "Mujica era muy parecido a Jesús de Nazaret en muchas cosas, lo querían mucho los pobres y era muy rechazado por la gente de poder y también por gente de la iglesia" y reveló que "en realidad estaba haciendo algo que deberían haber sido común como trabajar por la dignidad del ser humano, cuando es un deber". Comentó que "en esos días el arzobispo me decía: -Y va a terminar mal...".
Relató que Mujica "aceptó el cargo de asesor del Ministerio de Bienestar Social y a veces los asesores son la posibilidad de pasarla bien, trabajar poco y cobrar y Mujica se lo tomó en serio y eso le costó la vida porque el Ministerio de Bienestar Social estaba a cargo de Lopez Rega y cuando Mujica vio que juntaban armas para armar a la Triple A, lo denunció y lo mataron".
Contó que "a Mujica lo mataron a las 8 de la noche. Salía de celebrar una misa y conversando con una pareja que se iba a casar terminó de arreglar y cuando se despidió en la parroquia iba cruzando la vereda rumbo a su Renault 4L y lo acribillaron; lo llevaron herido al hospital y -el año pasado dio testimonio el médico que los atendió y comentó- cuando el médico lo fue atender a él dijo: - atendelo primero a él . Hasta el último momento pensando en los demás, ese es un ejemplo".
Luego reveló: "fui testigo por casualidad de un planteo importante. La gente de la villa había ido porque ya la Policía Federal que ya dependía de Lopez Rega y que tenía la suma del poder, dijo que lo velaran ellos: él vivió para los pobres y que lo velen los pobres".
Capitanio agregó que "era una multitud de pobres, de gente que viene a Buenos Aires, no para vivir mejor, sino para vivir".